Junto a Javier Almirón, como director del proyecto Atrapasueños, hemos trabajado en el diseño e implementación de iniciativas que fusionan la creatividad artística con el desarrollo de escenarios pedagógicos transformadores. Un ejemplo de ello son los proyectos para el PTAR y los corredores de sensibilización en El Redentor, donde las prácticas artísticas se posicionaron como un potente mediador para abordar
problemáticas sociales, revelando su poder reparador y transformador.
En colaboración con Atrapasueños, conformamos un equipo de trabajo
sólido en el que LaGRANDE fue responsable de la producción de ambos proyectos. A lo largo de este proceso, identificamos que las prácticas artísticas no solo sirven como una herramienta estética, sino que también son un medio para despertar conciencia y sanar tejido social. Estas experiencias confirman que el arte, en sus múltiples manifestaciones, tiene la capacidad de generar diálogo y reflexión en contextos vulnerables.
En esta línea, desarrollamos estructuras de trabajo que buscan consolidar herramientas experimentales, que crecen y evolucionan junto a la conciencia de las comunidades involucradas. Uno de los enfoques clave ha sido la intervención de espacios a través de murales inspirados en los sueños y aspiraciones de la comunidad, transformando el entorno físico y emocional. Cada intervención se convierte en un espacio de diálogo colectivo, donde los sueños de las personas se materializan y resignifican a través del arte, potenciando el sentido de pertenencia y el empoderamiento comunitario.